Hoy me he levantado beligerante y muy ofendido. A los ciudadanos de Madrid cada día se nos respeta menos y nos hacen más complicada la existencia urbana. Lo único que saco en claro cuando escucho o leo acerca de los casos que salpican a políticos y dirigentes de las instituciones públicas es que los civiles no les interesamos lo más mínimo. Estoy totalmente indignado solo de pensar en la cantidad de gentuza que controla el dinero público en este país. Sin condescendencia alguna, si pudiera, me llevaría al paredón a:
Gallardón; el alcalde de la villa, además de los horrores estéticos que está permitiendo en Madrid, eliminando toda la memoria de la ciudad a golpe de hormigón y cemento, se gasta las arcas municipales en su "cabezonada" de Juegos Olímpicos. Y para intentar compensar nos clava el impuesto de basura, aumenta las multas de tráfico o la tarifa de aparcamiento. Se le ha ido literalmente la olla. ¿Le perdonamos? Sí, pero solo para joder a Esperanza.
La plana mayor del PP de Valencia. Están todos podridos, empezando por el señorito Camps. Y se están riendo en nuestra cara. Si tuvieran la mínima dignidad, habrían emigrado lejos de aquí. ¿Les perdonamos? Ni hablar, que devuelvan los regalos y vayan pasando.
Javier Rodríguez de Santos, ex teniente alcalde de Mallorca, padre de cinco hijos, ultracatólico y conservador, alardeaba de ser unos de los políticos más rectos del consistorio hasta que se descubrió que se había gastado más de 50.000 euros en prostíbulos gays con menores de edad. Y para colmo, basa su defensa en que es cocaínomano y por ello le rebajan la pena. ¿Le perdonamos? ¿Sí o no? Pues sí, porque es más humillante dejarlo suelto y que se enfrente a su familia y compañeros de secta religiosa neocumenal.
Félix Millet y Jordi Moantull, responsables del caso Palau de la Música. 20 millones de euros han malversado estos dos señores. Además, al primero le encontraron en su caja fuerte 1.800.000 euros en billetes de 500. Claro, pasando las facturas de los condones. ¿Les perdonamos? Pues va a ser que no.
Los diseñadores de Cibeles que reciben una suculenta cantidad de dinero al año por el simple hecho de desfilar en la pasarela madrileña, además de las luces de Navidad de Madrid, por las que ganan otro buen pellizco. No se lo curran nada; cogen el dinero y adiós creatividad. ¿Les perdonamos la vida? Está bien, no son peligrosos, así que se vayan corriendo que el año que viene, con los recortes presupuestarios, se van a quedar sin subvenciones.
Los constructores, sin duda, son los mayores criminales de todos. Son ellos quienes promueven la corrupción de los partidos con los sobornos, maletines de dinero, regalos, etc. y violan todas las normas éticas y constitucionales. Y lo peor es que la economía del país sigue en manos de estos tipos. ¿Les perdonamos? Absolutamente no, que vayan pasando uno tras uno, que voy a disfrutar apretando el gatillo.
Como ya he dicho más de una vez en este mi portal, me pierdo mucho con las series americanas tan de moda en los últimos años. No tengo ni la paciencia ni la ansiedad para engullir capítulo tras capítulo, y es difícil que llegue a terminar la segunda temporada. Pero como todo regla, hay una excepción: Mad Men. Para los fieles consumidores de series me habré quedado obsoleto, pero quien quiera descubrir the next big thing que salte al blog de Popi Blasco que siempre está a la última.
Diez razones por las que me gusta MAD MEN:
1.- Por los títulos de crédito: esa silueta en blanco y negro de un mad man cayendo por una ventana ya hace presagiar algo misterioso y funesto.
2.- Por la música tan dramática que acompaña a los títulos de crédito.
3.- Por la estética: lo impecable que van todos los mad men, con los trajes de chaqueta, perfectamente afeitados y el pelo engominado. Ya me he comprado un bote de gomina. Que le voy a hacer, soy así.
4.- Porque ninguno es bueno del todo, y siempre tienen algo que esconder.
5.- Porque no se hacen juicios morales de ningún tipo: los hombres son machistas, sin escrúpulos y tienen varias amantes; las mujeres son floreros o secretarias con pocas aspiraciones personales... Un retrato fiel de la vida en los cincuenta que no cae en el error de juzgarla desde una perspectiva contemporánea.
6.- Porque fuman y beben sin parar.
7.- Porque Peggy se parece a mi amiga Pachi Subbuteo.
8.- Porque, en general, todos y todas son muy atractivos.
9.- Porque se aprende mucho de una época (los años sesenta) de la historia americana y su way of life.
10.- Porque en el fondo, aunque todos pretenden ser unos triunfadores, es una serie triste, que muestra la vida con todas sus miserias.
Autoestima: montaña rusa con un solo pasajero. Blog: peldaño virtual que comunica la opinión ciudadana con la opinión pública; 2. Onomatopeya gutural que emite una boca cuando habla demasiado. Gruñir: saludar al cónyuge. Hermafroditismo: fornicio en sí mismo. Joven: individuo provisionalmente equivocado. Locura: mitad inquieta de la cordura. Novelista: individuo capaz de comprender todos los sentimientos humanos e incapaz de soportar ninguno de ellos. Pene: apéndice molesto causante de grandes vanidades. Posmoderno: adjetivo comodín, en las dos acepciones de comodín. Rebeldía: sumisión a otros tópicos. Turista: viajero sin viaje. Vanidad: defecto que, por pura vanidad, detestan los modestos que se les descubra; 2. Curriculum vitae del artista. Wikipedia: error en común. Yacer: Morir solo; 2. Morir acompañado. Zapateo: acción de caminar sin la intención perversa de avanzar.
Publicado por Andrés Neuman en el suplemento cultural ABCD (del 24 al 30 de octubre de 2009) del diario ABC
Recién aterrizado de la feria del libro de Frankfurt repito, igual que el año pasado, post sobre mis sesgadas impresiones y breves apuntes de lo que más me ha llamado la atención. En cuanto al libro electrónico y las editoriales dedicadas exclusivamente a la narrativa o al cómic apenas tengo nada que aportar, ya que todavía no conseguido multiplicarme para abarcarlo todo. A ver si el año que viene lo consigo.
La Messe (feria) sigue oliendo asquerosamente a salchicha, y los cuartos de baños emanan un olor fuerte y desagradable. He tenido arcadas todos los días.
Con respecto al año pasado, ha disminuido tanto el número de expositores como el de visitantes profesionales, sin embargo, los días abiertos al público general (sábado y domingo) la feria estaba nuevamente de bote en bote. Como hace un año, los jóvenes alemanes venían disfrazados de goth-lolitas, superhéroes, harrypotters, druidas…
Definitivamente el libro XXL ha desaparecido del mercado. Casi ninguna editorial presenta en su catálogo de novedades libros de gran formato. Menos mal, gritábamos muchos. Merece la pena resaltar una excepción: el libro del artista Martin Liebscher de la editora Hatje Catz.
La meridiana ley de la oferta y la demanda estaba totalmente descompensada. Otro año más, el comprador tenía la sartén por el mango.
He echado en falta en esta época de crisis más innovación, más creatividad, más novedades e imaginación. De momento las esperadas consecuencias estimulantes de la crisis no han calado en los diseñadores gráficos.
El dato más relevante que se extrajo de la feria tiene que ver con el futuro del copyright. Ante la progresiva aceptación del libro electrónico se plantea un problema muy serio referente a los territorios y el copyright. ¿Cómo afrontarlo para que no pase lo mismo que con la música? Australia será el primer país del mundo en instaurar el open copyright. Y parece que pronto le van a seguir otros países como Nueva Zelanda o Sudáfrica. Desde mi punto de vista se trata de una evolución lenta pero progresiva de la que estoy totalmente a favor.
Los libros y novedades de Steidl, editorial de fotografía alemana, son, de lejos, los que más me han gustado: una versión extendida de Los americanos de R. Frank, el libro de artista On the Road de Ed Rusche, un libro ilustrado de El tambor de hojalata de Gunter Grass, los anuncios de Jurgen Teller (1998-2009) para Marc Jacobs o Boris Mikhailov son algunas de sus destacadas novedades.
En cuanto a las grandes firmas, Phaidon parece que se está especializando en libros de cocina (La cuchara de plata, el Simone Ortega italiano, y su equivalente griego son sus dos novedades con más peso en el stand), y Thames and Hudson tenía la mitad de novedades que el año pasado.
De las editoriales independientes me quedo con la berlinesa Onkel & Onkel, editorial especializada en libros ilustrados, y con su stand de madera decorado con dibujos a lápiz muy cachondos. Entre los libros expuestos, había uno, Hopped Up de David Biene, sobre la estética y la subcultura del rock and roll de los años cincuenta; uno de los capítulos estaban dedicado exclusivamente a mis queridísimos Kitty, Daisy and Lewis, con fotos de su concierto en el White Trash de Berlín. Muy divertido era un libro de vestidos recortables para ponérselos a la canciller Angelica Merkel.
Moleskine ha presentado en la feria su colección de Las Pasiones que saldrá a la venta en febrero del año que viene; una colección de seis agendas (vinos, música, recetas, libros, películas y wellness) que incluye calendarios, agendas, pegatinas, etc. para que lo apuntes todo. Una idea buenísima. Intenté sobornar a los chicos del stand pero no hubo manera de que me vendieran una.
Argentina, coincidiendo con el bicentenario de su independencia, será el país invitado el año que viene.
Roman Polasnki es uno de mis dos directores de cine favoritos; el otro, dependiendo del día y de mi estado de ánimo, podría ser Wilder, Almodóvar, Lynch o Kazan. Su genialidad tras las cámaras es algo que ni el más polémico se atreve a cuestionar: Rosemary´s Baby o Chinatown son dos obras maestras amén de pruebas definitivas que lo encumbran al Olimpo del celuloide. Su biografía, su carisma y su obra cinematográfica lo han convertido en un mito viviente.
Sin embargo, en los últimos días, el debate sobre Polasnki no gira en torno a su obra, sino a su encarcelamiento en Suiza por el juicio pendiente con la justicia norteamericana. Rápidamernte han sido muchos los personajes que han roto lanzas a favor y en contra de Polanski, así que esta vez me voy a reservar mi opinión. Solamente aconsejo ver el documental Roman Polasnki: wanted and desired, de Marina Zenovich, que, entre los grandes aciertos, arroja una luz certera sobre el tenebroso suceso por el que el cineasta ha llegado a ser un proscrito. Como aperitivo para quienes no lo hayan visto todavía, adelanto la conversación de un amigo periodista con Polanski, después de su huida de Estados Unidos y recién recibido su asilo en Francia, en la que, con una copa de vino de más, confiesa con una medio sonrisa su debilidad por las chicas jóvenes.
Dejando atrás toda esta polémica, me centro en el buen ojo que tuvo Polanski para escoger a sus parejas. Un breve repaso a su CV sentimental da cuenta de que Polanski levantó pasiones y conquistó a auténticos bellezones; las tres mujeres más importantes de su vida, claramente diferentes entre sí, han sido, cada una en su estilo, iconos femeninos de su época. Lo que presumiría Sarkozy, latin lover de la misma estatura que Polanski, si tuviera en su haber semejantes conquistas.
Sharon Tate: Su brutal asesinato a manos de la familia Manson trastocó profundamente los cimientos emocionales del director. Se conocieron en 1966 durante el casting de El baile de los vampiros, film que acabarían protagonizando ambos,y dos años más tarde se casaron. Cuando parecía que la felicidad y el éxito tenían nombre y apellidos, la tragedia más injusta se cebó con el matrimonio. Polanski consiguió salir del agujero a base de expiar en sus películas las culpas y los demonios que le martirizaban.
Sharon Tate era una diosa, una mujer de una belleza angelical, armónica y pulcra; la mujer a la que cualquier hombre caería automáticamente rendido a sus pies. La luminosidad que radiaba conquistó a todos los mortales.
Natassja Kinski: Reza la leyenda que el primer contacto entre ambos fue en un hotel de Munich practicando un menage a trois. Natassja tenía quince años y ya apuntaba maneras y desde ese momento se convirtieron en amantes. Polanski fue su mentor, la ayudó en su incipiente carrera como actriz y la envió a una importante escuela de interpretación para que se formara. La fama mundial le llegaría con la película Tess.
La hija de Klaus Kinski es un ser de otro planeta, un verdadero animal de una belleza tan melancólica como hechicera. Su aparición en los años ochenta supuso un soplo fresco de carnalidad en la industria americana, que todavía no se ha repuesto de esos labios y ese careto tan especial.
Emmanuel Seigner: Conoció a Polanski durante el rodaje de la película Frantic. Casados desde 1989, es la madre de sus dos hijos, Morgane y Elvis, y la mujer que ha conseguido serenar la irredenta alma del cineasta franco-polaco. Se ha mantenido siempre en un elegante segundo plano apoyando en todo momento a su marido.
Actriz de belleza misteriosa y serena dotada un encanto especial, Emmanuel posee el morbo y el atractivo de las estrellas del rock y la sofisticación y elegancia más francesa.
Empieza la Semana de la Moda de París, la reina de las pasarelas de todo mundo, donde las celebrities se dan de tortas, y se ponen la zancadilla si hace falta, por ocupar un lugar central en las codiciadas front-rows. La ciudad de las luces brilla aún más y el título de la novela de Hemingway, París era una fiesta, se hace realidad durante estos días, en los que la innecesaria dosis de petardeo se mezcla en el ambiente con el Chanel n.º 5. A mí la moda femenina, como es normal, me interesa mucho menos que la masculina, además de que siempre he pensado que los que se dejan engatusar por la supuesta sofisticación de las marcas son unos horteras.
Pero como este portal no deja de ser una ventana abierta a la superficialidad (como muchos pretenden atacarme) y a mis gustos personales, para que voy resistirme más. Hoy les hablo de la marca de lujo (en su primera acepción que recoge la RAE de demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo) que más me convence: LANVIN.
Al frente de la moda femenina se encuentra Alber Elbaz, un gordito judío con cara de muchos amigos, y Lucas Ossendrijver, un holandés refinado con cara de tímido, en la de hombres; los dos, cada uno en su estilo, hacen auténticas virguerías en esto del arte de la aguja y el hilo. Y como saben perfectamente lo que quieren y como comunicarlo, se marcan unas campañas publicitarías atractivas y de un buen gusto insuperable. Como muestra de la última campaña de hombre, que como he dicho más arriba es la que me importa, así que para que voy a seguir comentando lo que mucho que me gusta si por fin es viernes y nos podemos ir de fiesta.
Ha tenido que ser la voz más autorizada de este país en la materia, María Vela Zanetti, quien calle todas esas bocas malintencionadas y ponga orden en esta locura de debate nacional que se ha vivido en España en los últimos días. Comparto todas y cada una de sus palabras, y solo añadaría que soy fan de estas dos niñas. Publicado el 28/09/09 en su blog, Cuentahílos, en el diario El Mundo.
Éste era el título de una pícara obra de teatro que escribió en 1976 el ínclito Vizcaíno Casas, escritor humorístico 'simpatizante del Régimen', como se decía antes, pero que bien podría haber encabezado el ciclón de artículos ñoños y furibundos a raíz de la fotografía en la que aparece nuestro presidente, Jose Luis Rodríguez Zapatero, con su mujer, sus hijas y el matrimonio Obama.
Se va uno fuera apenas unos días y, cuando vuelves, ya está montado el follón por una inocua imagen en la que casi no se distingue a dos adolescentes vestidas de adolescentes, es decir, más tapadas que otra cosa, y tal vez equivocadas. Cualquiera que mire su etapa de pubertad recordará con horror lo difícil que era encontrar un estilo propio; lo absurdo de aquellas faldas escocesas con calcetines hasta la rodilla al estilo de los colegios católicos irlandeses, a los que buena parte de la clase alta española mandaba a sus criaturas a aprender inglés sin el riesgo de ser abducidas por el 'insano' clima de depravación del Swinging London. De Dublín vengo, y todo ha sido inútil; van semidesnudas por la calle.
Cualquiera que tenga ahora hijos en esas edades difíciles o se haya detenido a pensar en la ansiedad de un cuerpo en pleno desarrollo, con la consiguiente inseguridad que comporta, sabe que ésta es una época en la que el pudor extremo combate a brazo partido con el extremo exhibicionismo. ¿Qué querían, que fuesen en short, enseñando la tripa, pintadas como puertas de garaje y con wonderbra?
O mejor, ¿con un lady look superfashionista para dejar atónitos a los americanos y acarrearse la crítica de un pueblo que exige y necesita sobriedad? Tal vez la tercera vía hubiera sido infantilizarlas y vestirlas de zangolotinas con manguitas farol de piqué celeste y lazos, para después recabar su presencia con un 'niñas, al salón oval'.
Afortunadamente, los tiempos cambian y todo hace pensar que estas dos desconocidas, cuyos padres han tenido el buen criterio de no exponer al público, y de las que yo al menos desconozco hasta la edad y nombre, se vistieron ellas solitas de lo que les dio la gana, y por qué no, de transgresoras brujildas góticas con botazas Doc Martens o de monjas trapenses en plan heavy metal, tanto da.
El hecho es que, a pesar de lo que digan sus detractores, no existe un código indumentario para ciertas edades o para ciertos familiares de un presidente. Y eso está bien. Los chicos y chicas tienen casi el deber de disentir en todo de sus padres, y es mejor que lo hagan en asuntos estéticos y no éticos.
La verdad, me produce más inquietud ver a las hijas de Bush, remilgadas pero afectas al botellón, o a la dulce hija de Aznar, 'ideal de la muerte' pero compartiendo cubierta con un personaje tan turbio como Flavio Briatore, ¡calzado casi siempre con esas zapatillas en las que se puede leer 'FE'! Eso sí que da miedo.
Corrían los primeros ochenta cuando la juventud inglesa, todavía resacosa de la borrachera del punk, se reinventaba a sí misma dando lugar a un nuevo movimiento contracultural y callejero: los New Romantics. Una escena colorida y chillona que atrajo las miradas de medio mundo y que posteriormente sería imitada por numerosas tribus, desde los clubbers y los raveros de los noventa hasta los electroclash de principios de siglo.
Del elenco de celebridades que formaba esta escena artística (Vivienne Westwood, Marc Almond, Jean Paul Gaultier, los Duran Duran, Pierre et Gilles, Nick Knight, John Galliano o Boy George) destaca el menos conocido de todos: Leigh Bowery (Sunshine, Australia, 1961-Londres, 1996). Este personaje australiano regentaba en Londres el mítico club Taboo, donde se reunían todas las noches la plana mayor de la escena. A pesar de que ya en los años noventa sus performances de Dress-Up llamaron la atención de prestigiosas galerías de arte como Antony D´Offey o la Serpentine Gallery, Bowery ha pasado a la posteridad por aparecer como la cara y la cruz de la misma moneda. Por sus performances nocturnas en los míticos clubes de la época, en las que sorprendía al personal allí presente ataviado con sus mejores galas confeccionadas por él mismo (Westwood y Galliano le han rendido sinceros homenajes y han alabado la maestría y la importancia de sus patrones en la moda contemporánea), y por sus posados para Lucian Freud, desnudo y desprovisto de maquillaje y de sus extravagantes diseños.
Esas máscaras y todo el maquillaje bajo los que parapetaba su apariencia física no respondían únicamente a un hedonismo provocador y superficial. Bowery pretendía transmitir desde dentro la extrema libertad que no permitían los cánones de belleza tradicional. Y allí estaba el maestro Freud para desnudarlo y desvelar su liberación.
Mario Testino. Detrás de esa grimosa sonrisa de viejo verde se esconde algo que me da mal augurio hasta el punto de despertarme un instinto animal asesino.
Sánchez Dragó. Desde que me contaron que se le veía de vez en cuando ejerciendo de maestro de ceremonias leather por el Cooper de Madrid me ha salido una úlcera. No quiero ni seguir pensando en la película.
Rafael Amargo. Lo que hace me da vergüenza ajena, pero él mismo, su físico, su cara, su voz, su manera de hablar representa todo a lo que nunca me gustaría parecerme.
Jorge Javier Vázquez. Solo de pensar que me toque este tío vomito en alto del asco que me da. Y solo de pensar se cree que tiene estilo y alardea de casa bonita, me río en alto de la pena que me da.
Fernando Alonso. Siempre que veo su careto en la prensa, la tele... automáticamente tengo que mirar hacia otro lado y pensar en otra cosa. Me compensa por la satisfacción que me produce cada vez que tiene que abandonar una carrera.
Dolce & Gabbana. Esas caras de garrulos en potencia, ese bronceado, esos bañadores ajustados, esos amigos italianos, esas fiestas en el yate… ay, no sigo que me da bajonazo. José M.ª Aznar. Cada vez que me acuerdo de esa foto de las Azores, de esa risa de borderline, de la boda de su hija, de su bigote canoso y de su tableta de chocolate, me avergüenzo de ser español y de que este tío haya sido ocho años presidente de Gobierno.
Anthony and the Johnsons. Su vocecita de marica afectada y suicida me revuelve las tripas y me dan ganas de abrirme las venas. Me gustaría que no formase parte de mi vida, pero desgraciadamente son muchas las casas de conocidos en las que suenan sus sufridos temas. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Flavio Briatore. Cualquier persona con sentido común entenderá perfectamente por qué me produce tanto ascazo este ser.
Cuando Mary tenía quince años su padre, el hombre que había aconsejado literariamente a Yeats y Eliot, le mandó una carta sobre cómo debía escribirse:
Ciao Cara, Aprender a escribir es como aprender a jugar al tenis. No siempre puedes jugar un partido, tienes que practicar los golpes. Piensa: ¿en qué se diferenció ir al Lido de jugar al tenis? Me refiero de diferenciarse de cuando fuimos a jugar a Siena. Escríbelo. No para escribir una historia, sino para aclararlo. Será muy LARGO. Cuando empiezas a escribir cuesta llenar una página. A medida que envejeces siempre te parece que hay muchísimo que escribir. PIENSA: la casa de Venecia no se parece a NINGUNA OTRA casa. Venecia no se parece a ninguna otra ciudad. Imagina que tienes que explicarle a Kit Kat o incluso a un estadounidense CÓMO llegar a la casa de Venecia. Cómo reconocernos a ti y a mí saliendo para ir al Lido. Después de bajarse del tren, ¿cómo encuentra el número 252 de la calle Q? ¿Nos describes a nosotros o a Luigino llegando a la estación? ¿Él tiene dinero, nosotros tenemos dinero, cómo vamos? Un novelista puede necesitar un capítulo entero para que su protagonista llegue del tren a la puerta de su casa. Si escribe bien, el capitulo hará posible, incluso garantizará, que Kit Kat encuentre la casa gracias a él. Ciao. PIENSA muy bien en todo esto antes de intentar escribir.
Extraído del libro La ciudad de los ángeles caídos, de John Berendt. Literatura Mondadori.
Tuve una vez el deseo de ser una perversión, imaginé otra identidad, en la que no era yo. Y lo siento no he cambiado, y lo siento de verdad, tantas veces imitando a los demás.
Amor de látex, caucho y goma, vacaciones en Milos. ¿Qué prefieres mantequilla o Tulipán?
"Que inventen ellos" espetaba un iracundo Unamuno a principios del siglo XX para arengar a los políticos por el retraso tecnológico e industrial que padecía España. Y se tomo al pie de la letra ya que dicha frase ha marcado el devenir histórico de este soleado país. Mientras los principales países de la UE desarrollaron su propia industria (Alemania la farmacéutica y automovilística, Francia la cosmética, Italia la moda...) aquí nos quedamos en una obligada y paleta retaguardia industrial.
Las dos economías más fuertes de Europa, Francia y Alemania, parecen escapar a paso lento pero seguro de la recesión económica; España, por el contrario, tardará según las mejores previsiones más de un año en salir de la caída libre que sufre su economía. Y como no, esta crisis está siendo la crisis de la clase media, del pueblo, que es siempre el más vulnerable y por tanto el más perjudicado. Atentos a estos dos datos: Uno, los que mantienen sus puestos de trabajo son los asalariados con mayores retribuciones, y dos, los investigadores universitarios siguen cobrando unos mil euros al mes. A la crisis de la economía global se suma en España una profunda y merecida crisis estructural, heredera de aquel "Que inventen ellos".
Zapatero y su gobierno siguen dando palos de ciego para intentar reactivar la intoxicada economía y ahora ponen en marcha el Plan de Estímulo de la Economía y el Empleo, según el cual la maltratada clase media que no puede cambiar de coche sufragará todos los automóviles que no se van a vender para que así nos concedan alguna licencia más para fabricar aquí algún nuevo modelo de los que se inventan en Alemania o Japón. O a través de ese mismo plan, por ejemplo, se está mejorando la plaza de Gutiérrez Mellado, en Águilas (que no necesita absolutamente nada que mejorar), para darle empleo a albañiles parados durante cuatro meses. Medidas que ya no se pueden ni tildar de parches, si acaso simples antinflamatorios para el dolor de cabeza. Y es que recurriendo de nuevo al gran Miguel de Unamuno, ahora más que nunca "me duele España".
Diana Vreeland, editora de moda de Harper & Bazaar y Vogue durante más de cuatro décadas, escribía periódicamente una columna titulada Why don´t you…? en la que daba rienda suelta a los más extravagantes, irónicos y absurdos consejos retóricos. Parecido a ese himno generacional de Chico y Chica,Tú lo que tienes que hacer, pero en cool. Sin pretender tener la gracia y la imaginación de esta gran diva, le tomo la palabra en español de sus ¿Por qué no te…?
Consejos para la vida moderna:
¿Por qué no te apuntas a un curso de portugués? ¿Por qué no forras la pared de tu cuarto de Toile de Jouy? ¿Por qué no haces el amor en un lugar público (ascensor, playa, restaurante…)? ¿Por qué no usas semillas de mostaza en tus rebozados? ¿Por qué no aprendes a hacer cocktails con sabor a melodías? ¿Por qué no te compras un pick up para llevarlo a los picnic? ¿Por qué no te pones un grifo de cerveza en tu casa?
¿Por qué no te haces con una máquina de coser y aprendes a hacer tus propios arreglos? ¿Por qué no te haces un viaje psicotrópico para ver cómo viven fuera de la Tierra? ¿Por qué no te enfrentas a tu jefe cuando sabes que no tiene razón? ¿Por qué no tienes una planta de Aloe Vera en el cuarto de baño de tu casa? ¿Por qué no aprendes a hacer mermeladas caseras los fines de semana? ¿Por qué no te tomas un chupito de tequila al llegar del trabajo o antes de meterte en la cama? ¿Por qué no tienes siempre en tu cocina hierbabuena fresca?
¿Por qué no te das una ducha cuando vuelves de fiesta? ¿Por qué no escribes tus sueños? ¿Por qué no pones bolsitas de lavanda en tu armario? ¿Por qué no haces un viaje en un globo aerostático? ¿Por qué no pintas de colores los bolardos de tu ciudad? ¿Por qué no te rapas el pelo al menos una vez en tu vida? ¿Por qué no te haces un pijama de algodón y le bordas mariposas?
¿Por qué no vas al Prado al menos una vez al año? ¿Por qué no te vas de vacaciones al desierto del Sahara? ¿Por qué no te lees al menos un libro de Scott Fitzgerald? ¿Por qué no te vas a trabajar en monopatín? ¿Por qué no usas una jaula de pájaros como sombrero?
En plena especulación sobre la muerte y la herencia de Michael Jackson, un museo de Chicago saca a la luz una efigie del 1050 a. C. con la misma cara del Rey del pop. El parecido razonable es más que asombroso. Además tiene la nariz rota, lo que hace aumentar las casualidades. Desde que he visto esta estatua, he empezado a considerar seriamente la reencarnación. Lo que no tengo tan claro es quién se reencarnó en quién: Michael en la princesa egipcia o viceversa.
En el museo de Historia se han multiplicado las visitas en las dos últimas semanas; los fans de Michael, que siempre me han dado mucho miedo, se agolpan para ver a la ya conocida como la faraona del pop. Ver para creer.
No se conoce el verdadero estilo de un hombre hasta que no se quita los pantalones y vemos que calzoncillos gasta. La ropa interior, siempre tan escondida y lúbrica, es tan importante como los calcetines, que siempre se dejan ver. Que no se vea a primera vista no quiere decir que no se puedan descuidar. Al contrario, los calzoncillos son el último eslabón en el arte del desnudo y como tal merecen una atención y un miramiento especial. Con diferencia, es la prenda más sensual y sugerente. Los calzoncillos serán siempre el eterno masculino de la moda.
A disposición de usuarios, compradores y mironas, os regalo una breve y práctica tipología de los calzoncillos.
El primer punto y más importante es el color. Los calzoncillos, como las sábanas, toallas y albornoces, siempre han de ser blancos. Aquí no admito debate alguno, especialmente con los colores chillones. Al contrario que unos vaqueros o un jersey que agradecen un color sufrido para camuflar posibles lamparones, la ropa interior no debe disimular nunca los apremios fisiológicos, porque se corre el riesgo de confiarse y convertirse en un guarro integral. Desde un punto de vista menos funcional y más libidinoso, el color blanco es más tentador y sienta mejor.
Usan calzones de colores. Los hermanos Gallagher, Iker Casillas, Ernesto de Hannover, Sarkozy, Ray Loriga y Cristiano Ronaldo.
Tanga y suspensores. Aunque no son lo mismo, yo los meto dentro del mismo saco. Nunca los he llevado, pero me atrevo a decir sin temor que de este agua no beberé. Por un lado, llevar las nalgas al descubierto rozándose todo el día con el vaquero es bastante incómodo y si hablamos desde un punto de vista estético, me parecen groseros y repelentes. Parece que su uso está cada vez más delimitado a gogós, actores porno y profesionales del sexo.
Personajes famosos que llevan estos aparatos: Rappel, Marc Jacobs, Sánchez Dragó, Jesús Vázquez, José M.ª Aznar y Flabio Briatore.
Dolce & Gabbana: Dado el uso tan extendido y su vistosidad, estos conforman por sí mismos un tipo propio. A su favor, el color, suelen ser blancos o de colores muy discretos y apropiados, y el diseño, que no está nada mal. En contra, la propia marca que es una horterada, la cinta de goma superior (normalmente de color y que es la que asoma por encima del pantalón para que se vea la marca) y la comunidad gay que ha hecho de estos calzones santo y seña de su identidad. Atención porque los de Armani, muy parecidos pero menos ordinarios, vienen pisando muy fuerte y dispuestos a destronar a los D&G. Los Calvin Klein, muy en boga hace un lustro, han sido desbancados por estas dos marcas italianas. De cualquier manera, el veredicto final es no a los calzones de marca.
Personajes que los usan: David Beckham, David Bisbal, Justin Timberlake, Jordi Mollá, los futbolistas italianos y Miguel Ángel Silvestre.
Boxer: A partir de aquí la cosa va mejorando. De hecho, los boxers son los únicos que admiten un cierto color: unos cuadros vichy, unas rayas o unos tonos pálidos son siempre bienvenidos, pero nunca dibujitos ni animalitos. Los calzoncillos no deben ser divertidos, ese es una mala herencia que nos ha llegado de yanquilandia. Pueden resultar un tanto aburridos, pero son muy masculinos y no necesitas tener un cuerpo de escándalo para que te sienten bien. Fundamental, que sean 100% algodón. Recomendación: aprovechar el viaje a un país donde haya Gap para comprar las existencias de todo el año.
Personajes famosos que los usan: los Sonic Youth, Stefano Pilati, los hermanos Rivera Ordóñez, Obama, el príncipe Harry y Ethan Hawke.
Slips: Los calzoncillos de toda la vida son los que mejor quedan, los más lujuriosos y calientes. Superados ya los tiempos de los ferrys y los abanderado y la época en que las madres y esposas compraban a su próximos varones la ropa interior, los slips se postulan como la mejor opción de todas. La gama de American Apparel ratifica mis palabras. Dos consideraciones: que sean totalmente blancos y 100% algodón. El modelo slip de pata larga no mola nada y suele sentar muy mal.
Personajes que los usan: Abramovich, Javier Bardem, Leonardo Sbaraglia, Pierre Casiraghi, Juan Carlos Ferrero y Bratt Pitt.
Todos los días viajo al trabajo en metro. Recorro la línea 10 desde Alonso Martínez hasta una estación situada al norte de Madrid de cuyo nombre no quiero acordarme. Ida y vuelta de lunes a viernes. Viajando en suburbano te das cuenta de lo desolador que es el paisaje humano en Madrid. En otras ciudades no pasa lo que aquí; te encuentras gente que te agrada la vista, que te inspira, te produce curiosidad o te dan miedo. La imaginación se dispara dando lugar a entretenidas fantasias. En Madrid, todo es mucho más aburrido, uniforme e insulso.
"El metro de Madrid vuela" y Espe y Gallardón se jactan de tener el mejor underground de Europa. Yo, a veces, como soy muy despistado, me paso de estación y me bajo en Liverpool Street, en Pigalle, en Bedford Avenue o, por qué no, en la Plaza Roja... Yo también vuelo con el metro.
Uno de los inventos más revolucionarios que la cultura española ha aportado a nivel mundial es, sin lugar a dudas, el abanico. A continuación, pero con cierta distancia, le siguen las persianas, el chupa chups y la fregona. Ya ven, todo muy tecnológico y sofisticado.
El abanico es un instrumento práctico, bonito y barato y en está época del año, ¿qué más se puede pedir? Este verano muchos vecinos de esta abigarrada meseta hemos experimentado lo indispensable que puede ser este simpático artefacto. Sin embargo, tengo que denunciar que su uso no se encuentra instaurado entre los varones y que se asocie rápidamente a los Loco Mía y a su condición.
Además de lo práctico que resulta, el abanico desarrolló todo un lenguaje críptico, totalmente perdido en la época actual, de lo más fascinante. Un juego de comunicación visual a través del cual se articulaba un filtreo entre hombres y mujeres de lo más curioso. Esto es lo que he conseguido averiguar al respecto. FELIZ MES DE AGOSTO
1. Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
2. Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
3. Cerrar despacio. Este cierre significa un "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa, "Cuidado, estoy comprometida".
4. Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un "No".
5. Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.
6. Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.
7. Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.
8. Cubrirse del sol. Significa que eres feo, “que no me gustas”.
9. Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa "Sí". Sobre la mejilla izquierda es "No".
10. Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir "Te despido, se acabó".
11. Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
12. Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa "es mejor que me olvides".
14. Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa "Te quiero". Si se cubre el rostro puede significar "Cuidado, nos vigilan”.
15. Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, "Cuando te puedo ver".
16. Abrir el abanico y mostrarlo. Significa, "Espérame".
17. Cubrirse la cara. Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: “Sígueme cuando me vaya”.
18. A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir "Puede besarme".
19. Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, "No me fío".