22 de septiembre de 2009

VESTIDO Y DESNUDO: LEIGH BOWERY




Corrían los primeros ochenta cuando la juventud inglesa, todavía resacosa de la borrachera del punk, se reinventaba a sí misma dando lugar a un nuevo movimiento contracultural y callejero: los New Romantics. Una escena colorida y chillona que atrajo las miradas de medio mundo y que posteriormente sería imitada por numerosas tribus, desde los clubbers y los raveros de los noventa hasta los electroclash de principios de siglo.

Del elenco de celebridades que formaba esta escena artística (Vivienne Westwood, Marc Almond, Jean Paul Gaultier, los Duran Duran, Pierre et Gilles, Nick Knight, John Galliano o Boy George) destaca el menos conocido de todos: Leigh Bowery (Sunshine, Australia, 1961-Londres, 1996). Este personaje australiano regentaba en Londres el mítico club Taboo, donde se reunían todas las noches la plana mayor de la escena. A pesar de que ya en los años noventa sus performances de Dress-Up llamaron la atención de prestigiosas galerías de arte como Antony D´Offey o la Serpentine Gallery, Bowery ha pasado a la posteridad por aparecer como la cara y la cruz de la misma moneda. Por sus performances nocturnas en los míticos clubes de la época, en las que sorprendía al personal allí presente ataviado con sus mejores galas confeccionadas por él mismo (Westwood y Galliano le han rendido sinceros homenajes y han alabado la maestría y la importancia de sus patrones en la moda contemporánea), y por sus posados para Lucian Freud, desnudo y desprovisto de maquillaje y de sus extravagantes diseños.

Esas máscaras y todo el maquillaje bajo los que parapetaba su apariencia física no respondían únicamente a un hedonismo provocador y superficial. Bowery pretendía transmitir desde dentro la extrema libertad que no permitían los cánones de belleza tradicional. Y allí estaba el maestro Freud para desnudarlo y desvelar su liberación.

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