5 de noviembre de 2009

AL PAREDÓN


Hoy me he levantado beligerante y muy ofendido. A los ciudadanos de Madrid cada día se nos respeta menos y nos hacen más complicada la existencia urbana. Lo único que saco en claro cuando escucho o leo acerca de los casos que salpican a políticos y dirigentes de las instituciones públicas es que los civiles no les interesamos lo más mínimo. Estoy totalmente indignado solo de pensar en la cantidad de gentuza que controla el dinero público en este país. Sin condescendencia alguna, si pudiera, me llevaría al paredón a:

Gallardón; el alcalde de la villa, además de los horrores estéticos que está permitiendo en Madrid, eliminando toda la memoria de la ciudad a golpe de hormigón y cemento, se gasta las arcas municipales en su "cabezonada" de Juegos Olímpicos. Y para intentar compensar nos clava el impuesto de basura, aumenta las multas de tráfico o la tarifa de aparcamiento. Se le ha ido literalmente la olla. ¿Le perdonamos? Sí, pero solo para joder a Esperanza.

La plana mayor del PP de Valencia. Están todos podridos, empezando por el señorito Camps. Y se están riendo en nuestra cara. Si tuvieran la mínima dignidad, habrían emigrado lejos de aquí. ¿Les perdonamos? Ni hablar, que devuelvan los regalos y vayan pasando.

Javier Rodríguez de Santos, ex teniente alcalde de Mallorca, padre de cinco hijos, ultracatólico y conservador, alardeaba de ser unos de los políticos más rectos del consistorio hasta que se descubrió que se había gastado más de 50.000 euros en prostíbulos gays con menores de edad. Y para colmo, basa su defensa en que es cocaínomano y por ello le rebajan la pena. ¿Le perdonamos? ¿Sí o no? Pues sí, porque es más humillante dejarlo suelto y que se enfrente a su familia y compañeros de secta religiosa neocumenal.

Félix Millet y Jordi Moantull, responsables del caso Palau de la Música. 20 millones de euros han malversado estos dos señores. Además, al primero le encontraron en su caja fuerte 1.800.000 euros en billetes de 500. Claro, pasando las facturas de los condones. ¿Les perdonamos? Pues va a ser que no.

Los diseñadores de Cibeles que reciben una suculenta cantidad de dinero al año por el simple hecho de desfilar en la pasarela madrileña, además de las luces de Navidad de Madrid, por las que ganan otro buen pellizco. No se lo curran nada; cogen el dinero y adiós creatividad. ¿Les perdonamos la vida? Está bien, no son peligrosos, así que se vayan corriendo que el año que viene, con los recortes presupuestarios, se van a quedar sin subvenciones.

Los constructores, sin duda, son los mayores criminales de todos. Son ellos quienes promueven la corrupción de los partidos con los sobornos, maletines de dinero, regalos, etc. y violan todas las normas éticas y constitucionales. Y lo peor es que la economía del país sigue en manos de estos tipos. ¿Les perdonamos? Absolutamente no, que vayan pasando uno tras uno, que voy a disfrutar apretando el gatillo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y José Maria Aznar, su innombrable yerno,Ana Botella, Julián Muñoz, el Correa, etc.

A los responsables de la corrupción urbanística les torturaría, pero de espacito, para que sufran los hijos de puta.

Anónimo dijo...

where is hope?

la Sultana dijo...

Estoy contigo, anónimo. A los responsables de la corrupción urbanística les torturaría, pero de espacito, para que sufran, los hijos de puta.

pintón dijo...

Los de la corrupción urbanística están en el mismo saco de los constructores. Todos a una se están cargando el país.
Y Julián y el Correa ya lo están pagando en prisión. A este último ya le han dejado solo aznar, Agag y todos sus antiguos valedores. Los amigos de la política son como los amigos de la droga: Cuando no te drogas o te pillan, si te he visto no me acuerdo. Qué asco que da Correa!!!

Anónimo dijo...

there is no hope...

Lucky dijo...

la mafia del ladrillo en España la comparo a la mafia y al lobby de las armas en EUA. Es igual de dañina.
Muerte a la mafia del ladrillo.