15 de junio de 2010

A MÍ LA ROJA ME LA TRAE FLOJA


Karl Marx debería tener la oportunidad de resucitar durante dos minutos para poder actualizar su oración predicativa más célebre. “El fútbol es el opio del pueblo.” Y los futbolistas, los nuevos dioses; los estadios, las nuevas catedrales y la pasión de los aficionados, la fe religiosa. Lo único que no ha cambiado del todo es la peregrinación de los domingos a las 5 de la tarde, ya sea a escuchar misa o a ver el partido.

Estoy indignadísimo con una noticia que parece haber calado hondo entre los españoles a los que la Roja nos la trae floja. El seleccionado español es el que más va a cobrar de todos los equipos por ganar el mundial: 600.000 euros por barba; casi el doble que Francia, por ejemplo, o más del doble que Alemania. ¿A alguien en su sano juicio le parece sensato? El país sumido en una crisis económica y estructural, el gobierno tomando medidas que afectan a los bolsillos de todos los que animan a la Roja y anunciando más recortes del gasto público, y los futbolistas trincando esa escandalosa cantidad de dinero. Llevando la cuestión al terreno de la filosofía futbolística, si no pasan de octavos de final y vuelven a hacer el ridículo, ¿deberían los jugadores devolver el dinero que se ha gastado la federación española en la cita mundialista?

Además, este mundial me da malas vibraciones: esto empieza a oler a la época franquista en las que las medidas dolorosas se anunciaban cuando jugaba España. Para eso sirve el opio, para actuar de analgésico y acallar las conciencias. Seguidores de la Roja, atentos a los periódicos los días en los que juegue y gane España.

Inglaterra ya ha anunciado que si gana el mundial, todo el dinero de las primas se quedará en el continente africano. Alemania lo donará a la fundación Robert Enke. Y los españolitos de momento tienen la intención de donar una (pequeña) parte y a título individual. Confío en que al final cedan a las presiones que ha levantado este debate y hagan uso benéfico de tal retribución. Si tanto sienten los colores de España y se les llena la boca cuando vitorean “va por los aficionados”, ¿por qué no lo ceden todo y aportan su granito de arena a la delicada realidad celtibérica?

Las competiciones deportivas son el escenario perfecto para que el nacionalismo más trasnochado y exaltado viva sus momentos más álgidos. Todos los aficionados hacen bandera de su selección y van con ellos hasta la muerte. No importan que no te guste como jueguen o no te sientas identificado con ningún deportista. Hay que ser borrego hasta el final de las consecuencias. Por todas estas razones y porque me da la gana, este año he decidido no apoyar a España, es más, espero que sigan con la noble tradición de no pasar de octavos de final. Si el fútbol es alegría, yo me emborracharé de lo lindo y fumaré un poquito de opio si alguna de estas selecciones ganan: Ghana, Corea del Norte, Estados Unidos y, cómo no, la Portugal de CR9.

4 comentarios:

La Sultana dijo...

Toda la razón, Pinton.

Anónimo dijo...

¡Bien dicho!
Yo voy con la cenicienta de Nueva Zelanda

Anónimo dijo...

Aquí van unos enlaces interesantes (a mi parecer, claro) sobre el tema:
Siente "la roja"... http://wp.me/pMv0y-kU
En Euskadi se apoya a "la Roja": http://wp.me/pMv0y-iX
La Roja me la trae floja: http://wp.me/pMv0y-i7

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el post, muchos saludos desde Mexico!