5 de junio de 2009

COREA DEL NORTE Y EL NUCLEAR GAY POWER


La República Popular Democrática de Corea, conocida como Corea del Norte, es el país más marciano y siniestro que existe sobre la faz de la tierra. Un régimen socialista aislado del mundo en el que es imposible introducir cualquier atisbo de cultura foránea. Para hacernos una idea, aunque sea remota ya que es difícil imaginar las dimensiones que alcanza la realidad en este trozo de península, en todo el país solo existe un restaurante de comida extranjera, un italiano, situado al lado del hotel donde se alojan los pocos visitantes. El Estado se inventó después de la Segunda Guerra Mundial y desde su creación fue dirigido por Kim Il-Sung, autoproclamado “Presidente Eterno” y considerado un verdadero Dios. Tras su muerte, el país pasó a manos de su hijo Kim Jong-Il, actual presidente; tal es el grado de locura y veneración de los norcoreanos que se refieren a él como “Querido Líder”. A su vez Kin Jong, como si de un estado feudal se tratase, entregará el testigo del poder a uno de sus vástagos, perpetuando ad infinitum la dinastía familiar. Y aquí viene lo divertido del asunto.

Conocidos (y escondidos) los problemas con el alcohol del primogénito, la elección se presentaba más que complicada. Finalmente todo apunta a que el “querido líder” ha optado por su hijo menor, Kim Jong-Un, en quien no parecía confiar mucho hace unos meses. En un artículo aparecido en The New Yorker, Kim Jong dejaba entrever que su hijo era demasiado blandito y afeminado para controlar él solo todo el poder militar. Educado en uno de los mejores colegios de Suiza, el futuro sucesor, apelado Comandante Kim, es un gran aficionado a la música occidental, al baloncesto y a los tacones y las plataformas. El periodista del New Yorker, en un arduo y laborioso trabajo de investigación, entrevistó a algunos de sus compañeros en Suiza quienes coincidían en la falta de masculinidad del futuro sucesor. Mientras, otras publicaciones más dudosas se hacen eco de su afición por las pelucas, los disfraces y los taconazos.

La falta de fotos, imágenes e información contrastada sobre el Comandante Kim, para quien su pueblo ya prepara y entona canciones de loa hacia su persona, aumenta el misterio en torno a este personaje. En el país de la ciencia ficción todo es posible: enormes avenidas para que circulen los tanques, celebraciones de todo tipo como la primera masturbación de su querido líder, ensayos nucleares, merchandaising propagandístico con la cara del fundador… más de lo que podría imaginar el propio Philip K. Dick. Tenemos todos los ingredientes para una buena novela, ahora nos falta por saber lo más divertido, ¿qué hará el mini-marica jugando con su cohete nuclear?, ¿obligará al ejercito a travestirse para los desfiles? O ¿sustituirá las estatuas del Presidente Eterno por unas de Divine?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venezzzzzzzzzzzzzzzia