8 VECES KRAFTWERK

Del 10 al 17 de mayo el MoMA de Nueva York acoge ocho conciertos seguidos de Kraftwerk. Sí, ocho, que se dice pronto, uno detrás de otro, casi sin descanso, en los que interpretaran un disco en directo. Tantas veces me he preguntado por qué no viviré en Nueva York. Y ahora con más envidia que nunca.

Este post es un alegato a la modernidad bien entendida. Porque lo bueno y auténtico traspasa con facilidad las barreras del tiempo. Cuatro genios, porque estos señores son genios en el sentido más alto y menos manido de la palabra, que allá por los años setenta sentaron las bases de toda la música electrónica que se ha hecho desde entonces. Y sus cotas de experimentación y calidad siguen sin ser superadas. Y no hablo del pasado nostálgico, de que cualquier pasado fue mejor. No se trata de eso porque Kraftwerk son y serán siempre contemporáneos.

Tuve la suerte de verlos en directo hace unos años en Madrid cuando mis amigas Silvia Munich y Pachi Subbuteo me regalaron por mi cumpleaños la entrada. No solo la música, la puesta en escena es simplemente lo más inspirador que han visto mis ojos sobre un escenario. Y tocando una sola tecla se cargan toda esa modernidad tan mal entendida de su infinita legión de imitadores. Ellos son los padres y lo saben. Pero ese tipo de padres que no son enrollados ni fuman porros con sus hijos, porque no les preocupa parecer carcas o retros. Ay, quien viviera en Nueva York. ¡¡¡ Kraftwerk forever!!!