19 de octubre de 2008

IMPRESIONES NEÓFITAS DE LA FERIA DE FRANKFURT


El recinto ferial olía a salchicha todos los días.

El primer día se me quedó una cara de pasmo al ver el mogollón que había montado.

Lady Elena Ochoa paseando con una cazadora de cuero y Sir Norman Foster detrás de ella con la lengua fuera intentando seguirle el paso.

Los nuevos títulos de las editoriales Prestel y Kehrer.

El libro electrónico todavía se encuentra en ciernes, por lo que al libro en papel le quedan unas cuantas décadas de vida.

Tratar con los ingleses es muy complicado, se creen superiores al resto de mortales y parecen que te están perdonando la vida en todo momento.

La tortilla de patatas que dieron los del Gremio de Editores de España estaba seca y dura.

Los scouts son el verdadero timo del mundo editorial, son totalmente prescindibles además de unos snobs.

China será el país anfitrión el año que viene y se espera una campaña para captar nuevos clientes súper agresiva.

Turquía, país invitado de este año, ofreció muy poco.

La entrevista en directo a Günter Grass mereció la pena aunque fuera en alemán y no me enterarse de casi nada.

Ullman, el nuevo grupo editorial competencia directa de Taschen, es una horterada con mayúsculas.

A Le Clézio no lo conoce casi nadie. Todos se preguntan el porqué de este premio Nobel.

El champagne que nos dieron en el back-stand de Hatje Cantz.

En el hall número 8, el de Gran Bretaña y EE UU, te registraban concienzudamente al entrar.

La impresión digital avanza a pasos agigantados.

Los libros apaisados de la editorial Panorama son una maravilla.

El stand Victoria & Alber Museum daba pena. No hace honor a la importancia y la categoría del Museo.

Las editoriales italianas están totalmente de capa caída. No había ni cristo.

El nuevo libro de Yvory Press en caja de metraquilato para una compañía aérea de Asia es la pera. Súper lujo.

Aunque ninguna lo reconoce, todas las editoriales están digitalizando todo su fondo editorial para no quedarse rezagados en la carrera hacia el libro digital.

Verlag Bertram Schmidt-Friderichs ha sido el gran descubrimiento. Su stand estaba de bote en bote todos los días.

El tamaño XXL de los libros de Phaidon, como los del Bulli y Le Corbusier, no tiene ningún sentido y está totalmente pasado de rosca.

Mis vecinos de Kaldewey Press, una pareja de sesenta años, él alemán y ella de Macao, han sido encantadores y muy cariñosos con nosotros. Hacen unos libros a mano, con papeles naturales de Guatemala y Japón, increíbles.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ja, ja....el olor a salchicha y la tortilla e patata dura y seca...creo que acabaste la feria un poco estreñido, no? no has dicho nada de esas cervezas alemanas que son una comida en sí mismas.
Y lady Ochoa llevaba una diadema de visón y la chaqueta al hombro, como suele hacer ella?

pintón dijo...

De cervezas poco que decir, bebí más vino de hecho. Muy poco típico. Y la cazadora de la Lady era lo más, era de Motorhead. Estuvo en nuestro stand de visita y me pareció muy simpática.

Anónimo dijo...

oye y de tus noches ni mu???
i missed you and mush you.

Anónimo dijo...

Cuenta lo que callas, bribón

Anónimo dijo...

A Lady Anchoa la he visto yo en esa misma situación (Lord Foster trotando detrás) en Art Basel...