26 de junio de 2007

EL YONQUI SE VISTE DE CAVALLI



La relación de Kate Moss y Pete Doherthy va viento en popa. Y no me refiero al plano sentimental, sino al económico. Y es que la súper modelo y el niño malo del british-rock están rentabilizando cada uno de sus peleas y reconciliaciones, chutes y fiestukis. Si no, acuérdense de cuando salieron las fotos de la top esnifando cocaína que en un primer momento parecía que se le iban a caer los contratos y al final no sólo aumentó su cache sino que se hizo todas las campañas de las grandes firmas.

Aunque cada vez nos creemos menos, especialmente desde el pasado Primavera Sound en el que la información desde Londres de que Pete iba chutándose en el avión rumbo a la Ciudad Condal se dio antes de que se montara en el avión. Sin embargo el morbo estaba servido, y el público se acercó en manada a ver si se caía en el escenario del puestazo que llevaba. Y no fue para tanto, ni mucho menos.

Y por si fuera poco y para colmo, Pete y Kate serán la nueva imagen del próximo otoño-invierno del diseñador del lujo hortera , el rey del estampado de leopardo con pedrería, los bombachos y el rollito house (visiten su página y lo entenderán), Roberto Cavalli. Él a lo Marlon Brandon y ella a lo reina del desierto. El diseñador italiano ha pagado una millonada a la pareja, que sigue haciendo caja, para que dé un aire más cool a su firma y la liberé de la sombra de Vicky y David Beckham, antaño iconos de Just Cavalli. De las Spice a los Babyshambles tampoco va tanto, ¿o si?

Menudo cambio para Kate que ha pasado de la campaña de Burberry Prosum, en la campiña inglesa haciendo un picnic, rodeada de Lords and Ladies, como si hubiera salido de una novela de Evelyn Waugh, a la Ibiza más chunga y casposa, del café del mar, de la sesión de Cavalli. Pero todavía se entiende, ya que forma parte de su trabajo y cada uno se gana las habichuelas de la mejor manera que puede. Pero qué me cuentan de Pete con su actitud de maldito estudiado, posando entre dunas, a las órdenes de Roberto. Pete se ha olvidado de que los punks no visten de Cavalli o ¿es que el dinero crea amnesia?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Robert Cavalli es lo peor, pero en el mundo de los grandes diseñadores, quién se salva? Desde luego, los italianos no; no hay nada más hortera que un italiano hortera. Miren, simplemente a título de ejemplo, la pareja Dolce & Gabana, o entonces, el clan Versace, o el mismo producto Versace; habrá algo más estridente y de peor gusto que Donatella Versace? y a otro nivel, también tenemos el señor Valentino, tan estirado y bronceado y impecablemente peinado y cursi y vomitivo. Todo made in Italy. Pero, y eso sin ninguna duda, más horrible que el signore Cavalli no hay.
A Pete habría que quitarle ya un poco de su tontería y su “aquí te pillo aquí te mato” que ya empieza a cansar, tiene que reciclarse un poco el niño; raro es que su Kate no le enseñe, ella que es una verdadera expert (la más), el arte del camaleón.
Sin embargo, sigo fan de Pete, o más bien de lo que Pete representa, esa irreverencia y excentricidad que caracteriza los ingleses, aunque en este caso no pase de una pose afectada (no tan afectada) e postiza (no tan postiza). Y la verdad es que ya se echaba de menos una figura así en el reino de los Windsor. En este mundo globalizado, de una cada vez más heavy muchedumbre, producto de la coincidencia de deseos, ideas, modas, bienvenidos sean los dandis

pintón dijo...

Pues eso digo yo, señor Vanderbild, qué vivan los dandis. Y más últimamente que andamos tan escasos.

White Glove dijo...

Divertidísimo y lleno de información interesante tu blog, lo acabo de descubrir buscando información sobre Cavalli.
Empecé un blog masoquista de chica en paro con cámara en mano los lunes a la noche, recorriendo la ciudad de Valencia y fotografiando escaparates, ya que soy pobre y no puedo comprar hago la masoquista de tienda en tienda haciendo que me crezcan los colmillos.
Más que nada es que no soy de esta ciudad y hablan de ella como si fuera la capital del chic y el buen gusto.
Por la calle hay poco o nada de grandes firmas y alguien se atrevió a llamar milla de oro de Valencia a una calle enana y linda eso si, así que salí a ver que era eso que llaman milla de oro...y entre lo poco, me encontré a Cavalli. Mi mundo se desmoronó, nunca creí que alguien que vende los vestidos que mi tia compra en el mercadillo a las gitanas con bastante mejor gusto que este señor, tuviera una firma de lujo.
En fin, enhorabuena por tu blog.
(Que conste que me encanta Valencia)
Un saludo enorme.