18 de agosto de 2011

LAS MANOS BIEN APOYADAS EN LAS CADERAS: YVES SAINT LAURENT



Me he propuesto varias veces no volver a hablar de moda en este rincón, pero por las más enraizadas y caprichosas razones no lo consigo. Otra vez caigo en la tormenta arenosa de la moda. Esta vez con menos ventisca ya que voy a hablar de mi diseñador fetiche, el único al que se le puede considerar más que un simple modisto: Yves Saint Laurent. El motivo: el catálogo en el que estoy trabajando para la próxima exposición que se inaugurará el día de mi santoral (4 de octubre) en la Fundación MAPFRE de Madrid.


Yves Saint Laurent nació en Orán (Argelia) en 1936. Estudió en una escuela religiosa donde sufrió maltrato y ninguneo por parte de sus compañeros. A la salida, solía esconderse en la capilla y esperar a que todos se hubiesen marchado para que no le pegaran. El motivo de este maltrato era su aspecto femenino, frágil y tímido, y su sonora homosexualidad.

A la muerte de Christian Dior en 1957, por expreso deseo del maestro francés, es designado su sucesor, pero apenas aguanta en el puesto un par de años. Pierre Berge le llama para comunicarle que le han destituido y Saint Laurent le contesta: “Ahora vamos a montar nosotros una casa de alta costura, y tú la vas a dirigir”.

En 1961, Yves y Pierre le encargan a Cassandre, uno de los mejores tipógrafos de la época, el logo de la firma. Fue la primera pieza del imperio de Yves Saint Laurent.

En 1967, animado por la escritora Françoise Sagan publica el comic La malvada Lulu, en el que cuenta las aventuras de Lulu, un personaje libinidoso y caprichoso que creó durante sus años al frente de Dior.

En 1970, crea Love, una tarjeta de felicitación diseñada por él mismo y que se rápidamente se convirtió en un cotizado objeto de deseo. Las felicitaciones se repiten todos los años.

En 1971 presenta su colección El baile de Proust, homenaje a su escritor favorito que tantas veces citó a lo largo de su vida. Ese mismo año, aparece su mítica foto desnudo para publicitar su primer perfume de hombre.

En 1977 aparece su colección China y el opio, y unos meses más tarde su perfume Opium: “Byron, Delacroix, Rimbaud, Baudelaire, conocían todos ellos la belleza exótica de Oriente sin haber viajado nunca hasta allí. Sin el poder de la imaginación, uno no tiene nada.» Todo gracias al opio. Los americanos, tan puritanos como de costumbre, trataron a todo costa, pero sin éxito, de que le cambiara el nombre.

En 1991 concede una entrevista a Le Figaro en la que por primera vez habla públicamente de su homosexualidad. Rememora la primera vez que habló con su padre del tema el día que le concedieron la Legión de Honor francesa, en 1985: “Yo me acerque llorando y le dije: “Papá: tú sabes lo que soy. Tal vez quisieras que fuera un chico de verdad que perpetuara tu apellido”. Me contestó: “Eso no tiene ninguna importancia, hijo mío”.

En 2001, Eduardo Chillida elige a Yves Saint Laurent para entregarle el premio Rosa d´Oro (consistente en que un artista elige a otro artista de una discplina diferente). Al año siguiente Saint Laurent elige al pintor David Hockney, al que ya le había dedicado una colección entera en 1997.



Y como guinda al pastel, el cuestionario de su querido Proust:

—¿Cuál es el rasgo principal de su carácter?
—La voluntad.
—¿Su mayor defecto?
—La timidez.
—¿La cualidad que prefiere en el hombre?
—La indulgencia.
—¿Y en las mujeres?
—La misma.
—¿Su personaje histórico preferido?
—Mademoiselle Chanel.
—¿Su héroe preferido en la vida real?
—Las personas a las que admiro.
—¿Qué le habría gustado ser?
—Un beatnik.
—¿Cuál es su ideal de felicidad en la tierra?
—Dormir con las personas que quiero.
—¿La mayor desgracia?
—La soledad.
—¿Dónde le gustaría vivir?
—Al sol, a la orilla del mar.
—¿Qué don le gustaría tener?
—La fuerza física.
—¿Que falta le merece más indulgencia?
—La traición.
—¿Cuál es su pintor preferido?
—Picasso.
—¿Qué músico?
—Bach. Y los compositores de ópera del siglo XIX.
—¿Y qué autores, aparte de Proust?
—Proust me gusta hasta tal punto que me resulta muy difícil compartirlo con otros escritores. Pero bueno, adoro también a Céline y a Aragon.
—¿Cuál es su color preferido?
—El negro.
—¿Qué detesta por encima de todo?
—El esnobismo del dinero.
—Por último, ¿tiene usted un lema?
—Me permitiré tomar el de los Noailles: “Más vale honor —al singular— que honores —al plural—”.

8 comentarios:

Zizi Carlos Jeanmaire dijo...

W o W !!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

lo dice Zizi, la que fuera musa del maestro

Marta Bibesco dijo...

Me encanta la foto.

Yves, tan molón.

la sultana dijo...

yo soy su musa, bien sur...je suis La Sultaine.

Anónimo dijo...

Yves era débil. Las drogas le
derrotaron en los mejores y en los peores momentos de su vida...

Además, Yves era más frívolo de lo que nos quieren hacer creer. Tanto Proust, tanto Proust...

Anónimo dijo...

YYYYvvvvvEEEEEsssssssss!!!!!!

Anónimo dijo...

Ahora lo que tenemos son señores del calibre de karl, galiano, dolce, cavali, timoty, bahhhh. Ya no hay hombres como Yves.

Necesitamos de un nuevo liderazgo en la moda.

Y liderazgo es una poderosa combinación de talento (mucho talento), estrategia y carácter. Viva Yves Saint-Laurent.

YSL 4ever

Bruna Zeller (L.A..) dijo...

B A L E N C I G A

CD

YSL

LANVIN

CHLOÉ

BOTTEGA VENETA

vintage GUCCI (Gucci had lost its appeal, becoming a tacky airport brand.)