4 de julio de 2011

DIEZ TEMAS SOBRE LOS QUE HAY QUE EVITAR HABLAR


El silencio es una gran virtud, así que no lo rompamos si no es para mejorarlo. No es mejor compañía quien más habla, sino quien mejor lo hace. Aprendamos a estar en silencio sin sentirnos incómodos y a no hablar más de lo necesario. Propongo diez temas a evitar:

El tiempo. Sin duda el tema de conversación más hueco y vacío de todos; los norteamericanos alucinan con el entusiasmo incontrolable de los europeos por la climatología. Hace frío, pues sí, ¿y qué? Por no hablar de la memoria metereológica. Acordarse de lo que llovió o el calor que hizo el año pasado o hace cuatro años significa malgastar nuestra limitada capacidad de almacenamiento cerebral.

Estrenos de cine. Me refiero a hablar con alguien de una película que no ha visto. Con este tema se rompe el sistema básico de comunicación: es siempre unidireccional y faltamos el respeto al oyente: primero, porque si la va a ver, le destripamos parte del argumento, del misterio, o del placer de enfrentarse al filme sin ningún tipo de información o condicionamiento; y segundo: si no quiere ir a ver la película, será porque no le interesa.

Las horas. Preguntar la hora cuando se está de fiesta es uno de los bajones que te proporciona la noche. Se sale para disfrutar y para olvidarnos de las convenciones de la vida estable, así que “no me preguntes más la hora esta noche”. De este tema de deriva una pregunta y una afirmación más que sombrías. “¿A qué hora acabaste ayer?”. Qué pasa, que la diversión y el éxito de la fiesta es directamente proporcional a la hora de recogida. Y una afirmación repelente: “Solo he dormido tres horas”. Pues muy bien, si te lo pasaste bien, sarna con gusto no pica. Y si no, a achantar, que ya somos mayores.

El dinero. En general, hablar de pasta en cualquiera de sus modalidades es un coñazo: del sueldo, la cuenta del banco, de lo que queda para pasar el mes, etc. Bastantes comeduras de cabeza me provoca cómo llegar a final de mes para gastar más tiempo en ponerle audio. Por favor, no hablemos de dinero, que no mola nada.

El precio. Evitar a toda costa decir el precio de las cosas, especialmente de la ropa: si es caro, parecerás un hortera o un nuevo rico, y si es barato, mejor guardárselo para uno mismo: que mejor placer que conseguir gangas sin que nadie lo sepa.

La droga. Hablar de droga, como si fuese una hazaña deportiva, es una de las conversaciones más trasnochadas y sin interés que existen. Ni un barniz de superficialidad lo salva de la estulticia.

Los ex. Dos cosas que nunca hay que hacer. Una, preguntar a alguien por su ex; es una cuestión intolerable. Y segunda, hablar mal de un ex; por muy mal que se haya portado, por muy cabrón que haya sido, sacar a ventilar los trapos sucios de una pareja es un acto incívico y de subdesarrollo emocional.

Los bebés. Este tema es solo pertinente y oportuno en un grupo exclusivo de madres, ya que es imposible conseguir cualquier atisbo de empatía con el resto de mortales.

De lo mejor. Lo mejor es tan subjetivo, que no es material de discusión ni de conversación. Mejor hablemos de lo bueno, de lo que más nos gusta. Lo mejor pertenece al mundo de lo íntimo, lo personal, lo que se disfruta particularmente.

Cursilerías. Dicho todo esto, de lo más cursi que existe es decirle a alguien sobre lo que se puede o no se puede hablar, sobre lo que es vulgar o no, así que amigos, hablen lo que le salga del arco del triunfo, pero eso sí, sean discretos, que siempre se agradece y es señal de buena educación.

¡Buen verano, amigos!

18 comentarios:

Bruna Zeller dijo...

Pintón

Uno de sus mejores posts. Me encanta!!!!!!!!!

Estoy totalmente de acuerdo.

Un saludo desde L.A.

Anónimo dijo...

Hilando fino. Así me gusta.

Zizi Carlos Jeanmaire dijo...

súper post!!!!!!!!

Anónimo dijo...

me encanta...jamás hablaré del tiempo, que pena, un tema tan recurrente...

La Sultana dijo...

buenísimo, Pintón.

Anónimo dijo...

divine

Anónimo dijo...

love it

subdesarrollo emocional...so true!

Anónimo dijo...

Se te ha olividado el yoísmo. La gente que no para de hablar de sí misma. Hablan del tiempo, pero sólo de su tiempo. De los ex, de todos y cada uno de sus ex, como si su vida fuera, y a lo mejor es, una simple sucesión de nombres que empieza por mi, aquél que fue mi, ese otro que tuve, el que me. De sus éxitos y de los problemas, pero exclusivamente de sus problemas, sintiendo una especial aversión por los problemas del mundo, y qué decir de los problemas de los demás. Esa gente vacía y ensimismada en su ombligo, que suple carencias soplándose a sí misma un ego pinchado a ver si un día se infla a base de oirse decir YO, YO, YO, YO.

Del resto de conversaciones todo depende de quién y no del qué. El don de la palabra no es tener cuerdas vocales sino saber utilizarlas. Una buena voz, un buen tono y, lo más importante, gracia, mucha gracia, hacen que una conversación inane sobre tiempo, drogas y exs se convierta en una tarde maravillosa.

Abrazos Don Pintón.

Mimi dijo...

yo, yo, yo, yo, yo, yo, y más yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, qué? qué? yo? yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, no me interrumpas, yo, yo, yo, yo, yo yo YO YOOOO, YOOOOO; YOOOOOOOO; YOOOOOOOO; YOOOOOOOOOOOO ...

Anónimo dijo...

bien escrito, si señor.

Anónimo dijo...

el yoismo, el laismo y el leismo...claro que sí, porque Spain is different amigos!

bien por Mimi...

Anónimo dijo...

súper, otro súper post.

Anónimo dijo...

odio a los egocentricos encerrados en el "yo primero"...

Anónimo dijo...

CUKI

la sultana dijo...

me encanta

fan dijo...

I'm your fan, Mr. Pinton

Anónimo dijo...

Siempre se habla de dinero. El dinero se lee entre líneas. Hablar de dinero es hablar de viajes, de moda, de trabajo, incluso, con la que está cayendo, de cultura. A día de hoy evitar hablar de dinero es ser un colaboracionista del capitalismo. Hoy más que nunca hay que hablar de dinero con franqueza, de tenerlo o no tenerlo, de precios, de salarios.

Transporte de mercancia dijo...

Excelente post, quede maravillado con la publicación estas en todo un acierto.