25 de noviembre de 2006

FILIPPA K



El 23 de septiembre de 2003 la ministra de asuntos exteriores sueca, Anna Linhl, fue asesinada en Estocolmo en la puerta de la tienda de una firma sueca, Filippa K. Publicidad trágica y gratuita, pero al fin y al cabo, publicidad. Desde entonces, y no por ello, la firma sueca ha tenido un ascenso meteórico convirtiéndose en uno de las grandes nombres de la moda europea, y por ende, mundial.

Fillipa K se ha convertido en una de las firmas más prestigiosas de ropa masculina, aunque su popularidad en España todavía sea relativa. Ropa elegante, de patronajes finos y ajustados, aparentemente simples pero totalmente conteporáneos, de sexualidad sutil, insinuando más que mostrando, al más puro estilo nórdico. Una forma decididamente clásica pero moderna, sofisticada pero simple, y sobre todo, elegante, para los que nos gusta la ropa poco abigarrada y sin demasiados adornos ni pretensiones.

Su última colección para hombres está inspirada en el minismalismo de la escuela de arte más famosa de todos los tiempos, la Bauhaus, y en el maestro de la misma, Mies van der Rohe. Una apuesta arriesgada en el año 2006 en los que el minimalismo parace, por fin, haber pasado a mejor vida: “El minimalismo representa una pureza y una sensualidad tan pura que nunca se pasaran de moda”, explican en su blog. Pero dejando a un lado influencias y demás añadidos intelectuales propios de los periodistas de moda, vamos a lo que nos interea, es decir, su ropa: chaquetas negras, tipo esmoquín, de un boton fácilmente combinables con vaqueros, camisas blancas de manga larga de rayas azules, con cuello a la barca y que parecen hechas a medida de cada uno, chalecos negros, así sin más, sin oropeles, vaqueros ajustados sin ser pitillos, colores básicos negro, marron, azul y blanco. Entre sus accesorios, guantes de cuero negros, sombrero afieltrado negro, y cinturones finos también en cuero negro. También tienen una línea de mujer pero de eso no nos vamos a ocupar aquí.

Estos suequitos se mueven básicamnete por Escandinavia, Alemania y Japón, y en España, en Madrid, los puedes encontrar en Mini, aunque parece ser que el responsable de dicha tienda están en negociaciones para abrir una store de Filippa K en nuestra piel de toro. Desde este modesto portal les animamos a instalarse por estos sures, que aquí también nos gusta el rollito nórdico, y no nos cabe duda que tendrán una buena acogida.

Los caza-talentos de la omnipresente Zara ya le han echado el ojo a esta firma sueca, y con su tendencia habitual a copiar (bien) las grandes firmas, esperamos ver pronto en sus escaparates camisas y trajes Filippa K made in Zara, a un precio, como no, más asequible.

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