MIS MUJERES

LA REIVINDICACIÓN FREAK
Un buen día Diane Arbus decidió abandonar la fotografía de moda, Vogue y Harper´s Baazar, bajar de la pasarela y dar la espalda a los celebrities para documentar con el ojo de su cámara las calles neoyorquinas menos chic, fotografiando a travestis, enanos, gemelos, enfermos, homeless y freaks de diversa índole. Desde pequeña siempre había sentido atracción por los ambientes menos pulcros y más sórdidos, por los personajes traumáticos y atormentados. Otro buen día, presa de las crisis nerviosas que sufría, de los sonmíferos y asustada por la atracción monstruosa de todo lo que había fotografiado, decidió cortarse las venas en la bañera. “Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado a la muerte”, Platón.

LA ANSIEDAD DE EDITH
Personaje marcado por su propio destino, atemorizado, encadenado a su sino francés: de la nada al todo y del todo a la nada. El refrán español “entre todos la mataron y ella sola se murio”, podría servir de epitafio para la gran Edith. Adicta a la morfina, murió casi en un estado de absoluto abandono, sin embargo, y curiosamente, su funeral fue digno de los jefes de estado (populares). Rien de rien, a ver quien se atreve con ella, todo un prodigio de voz, imponente y metálica.

SIMPLEMENTE JANE
Popularmente más conocida por ser la mujer de Paul Bowles, pero en los mentideros literarios respetada por ser simplemente Jane. Reza la leyenda (alimentada por el propio Paul) que Shefira, su gran amor tangerino, la embrujó con hechizos propios de la mágia marroquí hasta volverla loca. En realidad , su adicción al alcohol acabó con su salud mental, muriendo en un hospicio monjil de Málaga. Dos damas muy serias sigue, hoy en día, asombrando, desconcertando, inspirando, superando en calidad a la obra literaria de su marido, pero sobre todo, sigue siendo una novela brillante y excepcional. Por todas estas razones merece una atenta (re)lectura.

POBRE NIÑA RICA
AnneMarie Schwarzenbach tan sólo vivió treinta y cuatro años, pero le dio tiempo a viajar por medio mundo, a cautivar a cuántos la conocieron(Thomas Mann, Anais Nin, Ella Maillart... por citar algunos ilustres) y a dejar un legado literario altamente interesante. Desconocida hasta hace poco, su reivindicación se hacía más que necesaria. Icono lésbico-intelectual de la über class, belleza andrógina –¡qué chaval más guapo!– consumidora habitual de drogas y caristámica fue, al mismo tiempo, la niña de papá y mamá y el garbanzo negro de su adinerada familia. Su propia vida fue su mejor personaje literario, y su muerte, el final más triste.

LA FEMME FATALE
Nico, se llamaba Christa hasta que su amigo, el fotógrafo Herbert Tobias le cambió el nombre en honor de "el hombre más maravilloso que he visto en mi vida (...) Es amigo del escritor Jean Genet, es griego, aunque nació en Etiopía, y se llama Nico Papatakis". Cuenta Nico que en París fue pervertida por Coco Chanel y abordada por Hemingway en un café. Con sólo 17 años se va a Roma donde conoce a Felini que le invita a actuar en La Dolce Vita. En NYC fascina a Andy Warhol y Paul Morrisey y protagoniza algunas de sus películas; luego, con the Velvet Underground embarca en un mitico viaje celestial. En los ochenta Nico se convierte en un verdadero icono del movimiento dark, una especie de Billie Holliday de la punk generation. El misterio siempre la acompañó, incluso en cuanto a su nacimiento; para unos en Colonia en 1938; para otros en Budapest en 1943. Murió en Ibiza, en el verano de 1988; el diagnóstico habla de una hemorragia cerebral, consecuencia de una banal caída de bicicleta. Nico está sepultada en Berlín en un pequeño cementerio de la foresta de Grunewald, al lado de su madre. Su vida, así como su muerte, quedarán para siempre envueltas en el misterio.