VIVA MEJICO, CABRONES

Méjico está de moda. Y no me refiero al Méjico turístico de Cancun o Puerto Vallarta, los mariachis y el tequila, sino a la escena artística mejicana. El mundo occidental cansado de mirase el ombligo, de tanto etnocentrismo y ávido de nuevas sensaciones e inspiraciones, pone sus ojos en paises periféricos tipo Brasil, Méjico, Corea o China, creando una nueva tendencia hacia lo periférico.

La escena mejicana actual está formada por una pléyade de nombres importantes que inundan el nuevo star-system mundial. Hablamos de Gonzalez Iñarritu, Guillermo Arriaga, Gabriel Orozco, Carlos Amorales, García Bernal o Carlos Reygadas. Pero si seguimos excarvando un poco en el subsuelo de la inmesa megalópolis del D.F., donde se cuece todo, damos con el verdadero agitador e impulsor de la escena musical y auténtico rockstar de la onda mejicana. Este nombre no es otro que el de Julián Lede, alias SILVERIO, su majestad Silverio, como decían en el Vice americano.

Silverio es el responsable de la disquera Nuevos Ricos, junto a Carlos Amorales (se encarga del diseño), y André Pahl, que dinamitó España hace un par de años, con motivo de Arco, y la aburrida escena española. Primero con una instalación en la propia feria donde vendían sus productos, quien no se acuerda de esas chapas con lemas impagables del tipo TODAY WORKING CLASS, TOMORROW NUEVOS RICOS, y segundo con sus dos actuaciones en La Casa Encendida y el Nasti Club. Lo mejor de lo mejor, vamos, los directos de Silverio son arrolladores, plétoricos, el tío más sexy del mundo en el escenario, tocando sus maquinitas en calzoncillos con su inconfundible peluca. Un directo canalla, gamberro, divertido, original, con mucha fuerza y mucha personalidad. YEPA, YEPA, YEPA Un tio grande, Silverio, una estrella. Qué pena que Méjico esté tan lejos y todo sea tan caro, porque una residencia mensual en algún club madrileño haría las noches de la capital mucho más entretenidas y chistosas.

A punto de salir a la venta su nuevo álbum, en su propia disquera, en el que encontramos más de lo mismo: electrónica noventera con bases sacadas de los clásicos del pop mundial mezclado con el folclore mejicano y una buena dosis de cachondeo. Así que, atentos fans y a ver si lo vemos pronto otra vez por aquí, y volvemos a creer en su majestad, porque señor Silverio, estamos a sus pies.