Enero, ese mes tan largo como un día sin pan o una noche sin vodka, declina lentamente para despedirse hasta el próximo año. Desde que tengo uso de razón, el primer mes de cada digito anual se caracterizaba por dos eventos ineludibles que me ponían de buen humor: mi cumpleaños y las rebajas. Esta edición he decidido celebrar mi cumpleaños con buena parte de mis amigos. Ya viene siendo una costumbre desde que vivo en Madrid saltear las fiestas: un año sí, otro no. Este año tocaba celebración popular y así se hizo y así se disfrutó. Lo peculiar, incluso inaudito, de este año han sido las no rebajas. Es la primera vez en mi historia −conforme me voy haciendo mayor me doy cuenta de que tengo un pasado más dilatado que compartir− que no he ido de rebajas. Sí, tal cual. No me he comprado nada en las rebajas. ¿Será por la crisis? Pues no, esa no es la respuesta correcta, aunque bien es verdad que más conciencia de clase trabajadora sí que tengo ahora. Y por tanto, más precavido me siento. ¿Qué tengo de todo? Pues tampoco, porque unas camisas de esa marca que tanto me gusta y tan bien me queda (Gitman Vintage) me hacen tanta falta como a Madrid una tormenta tropical. ¿Falta de tiempo? Una verdad a medias, como esas que tanto gustan a los políticos. El ritmo de esta ciudad tampoco te deja tiempo para hacer en cada momento lo que te gustaría, pero vamos, con internet querer es poder, especialmente ahora que las mejores tiendas son online. Y así podría estar haciendo un sinfín de preguntas que nunca satisfarían la demanda inicial. El quid de la cuestión es ¿un enero sin rebajas bien podría parecer como un mes sin sol o una ciudad sin río? Aquí la respuesta es clara y meridiana: NO. Amigos, he sobrevivido sin apenas esfuerzo. Espero que la máxima aprendida me acompañe siempre y no se me olvide nunca, esté donde esté, gane lo que gane, viva donde vida: The less you buy, the less you want. Apostemos por un consumo mesurado, de calidad, aquí esa máxima tan discutida de menos es más se hace realidad. Dejemos de consumir y de alimentar esa monstruosa máquina capitalista. No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. Y lo digo desde la superficialidad más extrema y honesta.
30 de enero de 2012
23 de enero de 2012
COSAS QUE SE PASAN Y NO SE PASAN DE MODA
NO PASA DE MODA
La pintura
El cashmere
Los guisos caseros
Roma
Leer el periódico y/o revistas en papel
Las vajillas de la Cartuja
El Museo del Prado
Jane Austen
Los blazers/trajes de chaqueta
Ir al cine
El fútbol
Martin Scorsesse
El pelo natural
Las bicis
Sonic Youth
PASA DE MODA
Las vídeo-instalaciones
El iPad
Estocolmo
Los platos cuadrados
El Musac
Los pantalones tobilleros
El minimalismo
Chuck Palahniuk
Las bombers
Series yonquis
Wes Anderson
Los flequillos
El indi
The Horrors
12 de enero de 2012
LANA DEL REY VS AZEALIA BANKS
El duelo musical del 2012 está servido desde bien pronto: Lana del Rey vs Azelia Banks. Dos polos opuestos, antagónicos, dispuestos a llevarse la medalla de oro. Ninguna de las dos tiene todavía ningún disco en el mercado, apenas unos singles que las han encumbrado a los altares reservados a las grandes divas. Las expectativas de discográficas y fans vuelan más alto que los cohetes de la Nasa. ¿Quién será la primera en llegar a la estación internacional?
Del Rey y Banks no parecen encontrarse en ningún meridiano salvo en el de las dos grandes promesas del 2012: La sexualidad lánguida y susurrante de las melodías blancas versus el poderío rítmico y malhablado del hip-hop negro; letras insinuantes y aparentemente felices versus la insolencia sin dobleces más atrevida; la modelo operada de aires retros versus la adolescente callejera sin prejuicios; la sobriedad luminosa de Prada versus el chandalismo chic de Alexander Wang; la disimulada timidez versus el descaro natural; las películas de gángster de la época dorada versus las gangs más contemporáneas…
La puesta de largo de Lana del Rey, Born to die, (merece una aclaración su nombre artístico: Lana por Lana Turner y Del Rey por el coche Ford del Rey) es el 30 de enero, y parece destinado a colarse en los charts mainstream y indies desde el primer momento. Los DFA y Girls han arremetido contra el hype, y sus numerosos y ruidosos fans han cerrado filas atacándoles de envidiosos.
Tras el petardazo inagural del año de Azelia Banks con los Scissor Sisters, Shady Love, que ya no saben qué hacer ni a quién arrimarse para repetir éxito, se espera con impaciencia la fecha de publicación de su debut. Por ahora solo se sabe que lo grabará en Londres de la mano de Paul Epworth, responsable del sonido de Bloc Party o Florence and the Machine.
5 de enero de 2012
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