28 de diciembre de 2010

LO PEOR DE 2010


Porque no hay mal que por bien no venga, os resumo todo lo feo y todo lo que no me gusta que se lleva consigo este año 2010 que se va.

Hurts, ese grupo horrible y hortera que tanto gusta a los trendymaricas.

La patética fiesta de celebración de la victoria de España en el Mundial.

Los zombies kids al completo, por separado y revueltos.

Los controladores aéreos, su desplante y la madre que los parió.

Que no le permitan al Rey reconocer al hijo que va a tener con su amiga alemana.

Que se acabe la primera década de los dos mil y sigamos sin poder teletransportarnos y usando cables y enchufes para todo.

La afectación y pretensión de A single man, de Tom Ford. Y la actuación sobreactuada y gritona de Juliane Moore.

La expectación que se creó entorno al concierto de Lady Gaga. Y todos sus fans haciendo cola.

El anuncio del perfume Loewe7 con Cayetano Rivera.

España se queda huérfana: adiós a García Berlanga y Enrique Morente.

Los despidos y las bajadas de sueldo. En general y en particular. Cuanto más cerca, más me duele.

La aprobación de la ley antitabaco. El día que lleguemos a la situación de California, que no dejan fumar por la calle, nos habrán dominado del todo.

El último libro de Pérez-Reverte, El asedio. En realidad, más que el último, el mero hecho de que siga publicando.

Aprovecho para desearos a todos un muy feliz comienzo de año.


21 de diciembre de 2010

FEOS PERO ATRACTIVOS

Yves Montand

Willem Dafoe

Vicent Gallo

Serge Gainsbourg

Dennis Rodman

Kevin Bacon

Keith Richards

Chilly Gonzales

Iggy Pop

15 de diciembre de 2010

EL ROJO LES SIENTA TAN BIEN



Mi gran amiga y siempre bien informada (además de fuente de inspiración inagotable) Cecilia Gandarias (véase su blog pinchando aquí) me envió ayer estas dos instantáneas sobre la manifestación de los universitarios en la imposible Londres. Este imberbe y reivindicativo mozo es el hijo de David Gilmour de Pink Floyd y el abrigo que porta con tanto estilo es el mismo que tiene un servidor.

Tengo una relación de amor-odio con el pueblo inglés, capaz de ofrecer lo mejor y lo peor en un simple pestañeo. Mi rubia favorita quería ilustrarme el rollazo que pueden tener los ingleses cuando quieren y se ponen. Dejando a un lado a los hijos de la Gran Bretaña, el estilo de este chaval me ha hecho pensar en lo de “clase contra clase”, es decir, como si para bajar a las barricadas sólo se pudiera ser un desharrapado pies negros.

A pesar de que el listado que ofrezco a continuación puede caer en el esnobismo y, para algunos, en el pijerío más ridículo, no me achanto en la defensa de que ser un revolucionario, comunista, anarquista o terrorista no está reñido con la elegancia y el estilo. Es un prejuicio paleto que hay que superar para no caer en el cliché más formulario. Además, estoy convencido de que Cecilia apuntalará mis palabras.

MIUCCIA PRADA

La todopoderosa propietaria de Prada formaba parte del Partido Comunista italiano mientras estudiaba Ciencias Políticas en Milán, y asistía a las manifas del Partido vestida de Yves Saint Laurent.

LUCHINO VISCONTI

El gran esteta del cine italiano, vivió una temporada en París donde se paseaba hecho un pincel con los intelectuales de izquierdas, todos ellos militantes del Partido Comunista. Y de estas relaciones nació su conciencia social y su carácter reivindicativo.

LA DUQUESA ROJA

La jefa de la Casa de Medina Sidonia, María Luisa Álvarez de Toledo, fue una mujer peculiar y una aristócrata de izquierdas; luchó contra Franco por lo acabó entre rejas en la cárcel de Alcalá, donde se distinguía de sus compañeras por su estilo.

JOSEP LLUÍS SERT

Al sobrino de Missia Sert lo llevaba su chófer en Rolls Royce a las manifestaciones comunistas; pero el muy listo se apeaba unas calles antes para que no lo vieran. Eso sí, de punta en blanco de la cabeza a los pies.

JESSICA MITFORD

La “oveja roja” de la legendaria saga de hermanas Mitford formó parte del Partido Comunista y participó, junto a su marido, activamente en actos radicales, como el fallido intento de evitar la ejecución del afroamericano Willie McGee.

10 de diciembre de 2010

CABLES Y PINS


Hay dos cosas de la vida moderna que me sacan especialmente de mis casillas, sin contar las arcadas que me provocan leer las noticias en los periódicos de España, pero eso es harina de otro costal:

Una, los cables. Vivo rodeado de cables: el de la batería de la blackberry, el portátil, el I-Pod, la cámara de fotos, etc., más todos los enchufes, que no son pocos, de las lámparas y electrodomésticos que hay en mi casa. Es un trajín cada vez que tengo que poner en marcha alguno de estos aparatos, además de flaco favor que le hacen a la armonía estética de mi hogar. Cuando ojeo las revistas, no veo cables por ningún lado, así que no entiendo porque en mi vida y en mi keli tienen que estar tan presentes.

Dos, los números pin. Ahora mismo tengo en marcha, así a bote pronto, entre doce y catorce números pin, desde la tarjeta de crédito a mi cuenta de PayPal. Muchos son el mismo, pero como cada servicio tiene sus propios criterios, a veces lo tengo que cambiar y aquí se arma el lío. Y la cosa no aminora, ya que cada vez que me doy de alta en algo, por absurdo que sea, tengo que pasar por el trámite del numerito.

Mientras algún lumbreras inventa una panacea que nos desligue del yugo tiránico de los cables y los pins, no estaría mal que el Congreso de los Diputados legalice de una vez por todas la marihuana y, de paso, pueda fumar tranquilo cada vez que me pongo de mala hostia porque se me ha olvidado un pin o no encuentro la batería del móvil. Lo digo por eso de que un clavo quita otro clavo.