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En cuestiones gastronómicas he mejorado mucho; De pequeño me daba un asco infinito el jamón, hoy en día me vuelve completamente loco; empieza a gustarme cada vez más la carne cruda; me encanta chupar las cabezas de las gambas, como lentejas todas las semanas y Albo ha sustituido a Calvo como mi marca de atún favorita.
De pequeño me encantaba bañarme en las piscinas y en las playas de arena. En los últimos veranos, evito siempre que puedo la arena y las piscinas solo las cato, y porque no me queda otra, en los estíos de Madrid.
Durante más de un lustro, coincidiendo con mi etapa de indie militante, odiaba tomar el sol y andaba por las calles como las lagartijas, buscando la sombra por las paredes; ahora necesito los rayos solares para vivir, me encanta estar morenito y además no me ponen nada los blanquitos de piel.
Hasta el final de mi etapa universitaria los hippies me producían urticaria y despotricaba a diario contra ellos. Ahora los comprendo mejor e incluso creo que la vida en es más llevadera y relajada siéndolo un poco.
Ya no creo que me vaya a quedar ciego o calvo por masturbarme.¡Qué liberación!
Detestaba a Prince con todo mi alma a la vez que sentía una inexplicable vergüenza ajena al verlo; ahora me doy cuenta de lo tonto y lo equivocado que estaba.
Nunca tuve ni quise tener una mascota, por lo que jamás pensé que podría ser tan gatuno y menos aun que llegaría a tener dos. Claro que tampoco pensé que tendría alergía. ¿Y ahora qué hago?
Durante muchos años me aterraba que hablaran mal de mí, lo que me obligaba a mantenerme en un discretísimo tercer plano; no quiere decir que ahora sea el prototipo de exhibicionista que piensa erróneamente que lo importante es que hablen de uno, mal o bien, pero sí que le veo cierto morbo a que blasfemen sobre mí.
Con doce años vi Mujeres al borde un ataque de nervios y marcó un antes y un después para mí y le juré amor eterno a Almodóvar. Nunca hubiese imaginado que repetiría: Qué pereza de Pedro.
El verano antes de entrar a la universidad fui con unos colegas a la playa nudista de Vera, pero, por el pudor fruto de mi torpe educación católica, no fui capaz de quitarme el bañador y me tuve que ir al coche. Actualmente considero bañarse en pelotas uno de los mayores placeres del verano, y lo he practicado en todos los últimos veranos.
Si hay un fotógrafo en el mundo de la moda con un estilo personal, elegante y original, ese no es otro que Tim Walker. Sin embargo, el sustantivo fotógrafo me parece poca cosa para describir su actividad; él es eso y mucho más que un director de arte al uso; Tim Walker es un ilusionista, un creador de escenarios y de conceptos, un narrador de historias, un esteta y un mago. Sus imágenes poseen un hechizo y un encanto especial que nos transportan a un mundo sorprendente y onírico.
La trayectoria de Tim Walker es ciertamente envidiable: descubrió su pasión por la fotografía cuando, siendo becario de CondeNast, le encargaron organizar el archivo fotográfico de Cecil Beaton. Con el ojo afinado y afilado al más puro estilo inglés, pasó a ser asistente de Richard Avedon, hasta que dio el salto definitivo para convertirse en él mismo. Precisamente estos fotógrafos, junto al más pintón de todos, Peter Beard, han sido los que más han influenciado su trabajo.
La libertad creativa y la implicación emocional son las señas con las que Tim Walker afronta sus sesiones. Como en una novela de Evelyn Waugh, su obra transcurre en hermosos escenarios interiores de casas decadentes o exteriores de la campiña inglesa (o africana) que revelan, de manera sutil y surrealista, el paso de la tradición a la modernidad. Sus disparatadas composiciones, muy cercanas a Tim Burton, revelan el espíritu de peterpan (en el sentido circerse) que esconde este fotógrafo. Su apuesta no deja de ser un misterioso canto a la épica, la belleza y la imaginación.
Tim Walker es un maestro en detener con su cámara el tiempo, o para ser más preciso, el instante; sus instantes no son estáticos sino que, por alguna extraña razón, parecen seguir en movimento. Esta delicada factura propia de sus imágenes está bañada por una luz y una atmósfera cálidas y acogedoras que nos familiarizan con el irreal escenario. Su otro gran acierto está en conseguir que sus elaboradas puestas en escena no lo parezcan, como si todo lo ocurrido ante sus ojos antes del disparo lo hubiera soñado o vivido de manera casual.
Estreno nuevo blog, el cuestionario Pintón, en el que personajes que me gustan, mayoritariamente de Madrid, contestan a mi revisión sobre el mítico cuestionario Proust. Quién es quién: primer desfile, Fátima de Burnay. el cuestionario pintón
J. J. Audubon (1785-1851) nació en Haití y creció en Francia hasta que, para librarse del Ejército y las guerras napoleónicas, pudo falsificar su pasaporte y escapar a Estados Unidos. Rápidamente se sintió americano y consideró a su país de adopción su verdadera patria. Mientras recorría el sur de Estados Unidos se despertó su verdadera pasión por la naturaleza. Fue entonces cuando decidió navegar por el legendario Missisipi de norte a sur para pintar y documentar todas las aves que se encontraban en su ribera. Este viaje fue el germen de todo su trabajo posterior que apareció por primera vez (después de las negativas de varias editoriales americanas) en el año 1838 en forma de libro, Birds of America, que constaba de láminas a tamaño natural grabadas y pintadas a mano por él mismo. Hoy día Birds of America es un libro de referencia para diferentes disciplinas.
En su pionera expedición, en la que recorrió desde Canadá hasta el golfo de México, utilizó siempre la misma técnica: primero estudiaba detenidamente las aves, una vez conocidos sus hábitos, las disparaba de manera muy fina para evitar daños, y posteriormente les introducía un alambre y las moldeaba hasta conseguir una postura natural; siempre dibujaba en el entorno su natural.
Hace un año la editorial de la Universidad de Harvard publicó una maravillosa edición de sus primeros dibujos acompañados de fichas con información técnica sobre cada especie al que pertenecen las imágenes. Este maravilloso libro, fiel reflejo de sus dibujos y estudios, es perfecto para acernos y conocer el mundo de las aves a través Audubon. Muy recomendado para los indoctos en la materia como un servidor.
